Fue una de las parejas más influyentes de la vanguardia artística de principios del siglo XX, aunque como suele ocurrir cuando las protagonistas son mujeres, sigue costando que la historia les reconozca el lugar que merecen. En este caso además eran pareja, por lo que el olvido histórico fue aún mayor.
De este binomio inseparable, a quién más conocemos es a Gertrude Stein escritora y agitadora cultural judia estadounidense que se estableció en París en 1903, pero durante muchos años apenas supimos nada de Alice B. Toklas, su pareja. Sin embargo es imposible entender la importancia que tuvo Stein en aquellos felices años veinte, sin la compenetración y el enriquecimiento personal que supuso la relación sólida con Alicia B. Toklas. Stein se convirtió, entre otras muchas cosas y sin pretenderlo, en la precursora de la liberación sexual e intelectual de la mujer.
A Alicie B. Toklas, le debemos entre otras muchas cosas la primera receta conocida de Brownie con Cannabis de la que hay constancia. Esta es una breve y apasionante historia sobre agitación cultural, vanguardia artística, vida y pastelitos de cannabis.
El periodo de entreguerras, en los años veinte fue, sin duda, el momento de mayor calma en la historia de la primera mitad del siglo XX, especialmente en París, destino de artistas e intelectuales de todo el mundo. En la capital francesa se concentraron hasta el crack del 29 los más importantes escritores estadounidenses. Todos ellos tenían un nexo común: Gertrude Stein, Alice B. Toklas y las imprescindibles tertulias que ambas organizaban los sábados en su atelier de la calle Fleurus 27.
Por allí pasaron pintores como Juan Gris, Pablo Picasso o Henri Matisse (estos dos últimos descubiertos por la propia Stein), músicos como Igor Stravinsky o Erik Satie y como no, los miembros de la Generación Perdida, un calificativo que sirvió para identificar a toda una generación de escritores estadounidenses que desarrollaron su escritura en ese periodo de entreguerras y que cambiaron el paradigma de las letras americanas.
Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner, John Dos Passos o Ernest Hemingway entre otros formaban este grupo estelar.

Precisamente fue Hemingway quien atribuyó a Gertrude Stein la invención de ese calificativo “Generación Perdida”. Lo hace en su libro París era una fiesta (1964):
- “Eso es lo que son ustedes. Todos ustedes son eso- dijo Miss Stein.-Todos los jóvenes que sirvieron en la guerra. Son una generación perdida.
- ¿De veras?- dije.
- Lo son- insistió- No le tienen respeto a nada. Se emborrachan hasta matarse”
Todos ellos eran jóvenes intelectuales que se sentían profundamente decepcionados con su país, sumido en aquellos años en un tradicionalismo insoportable para sus ansias de libertad. Algunos, como Hemingway o Dos Passos, habían participado además en la Primera Guerra Mundial cuya traumática experiencia reflejaron en obras como Adiós a las armas (Ernest Hemingway, 1929) o Tres soldados ( John Dos Passos, 1921). París supuso para todos ellos la cultura, el disfrute y la desinhibición que América les negaba.
Ese era el ambiente que se respiraba en la calle Fleurus, en casa de Gertrude Stein y Alicia B. Toklas los sábados. La propia Gertrude Stein describió ese ambiente en la que sería su novela más exitosa, Autobiografía de Alice B. Toklas (1933) en la que -curiosamente -utilizó un truco narrativo no revelado hasta el final de la obra para convertir en autora a Alice.
“Gertrude Stein me había invitado a cenar a su casa el sábado, que era la noche de la semana en que la visitaban todos sus amigos y conocidos, como efectivamente ocurrió en aquella ocasión (…).
En aquellos días, casi todos los invitados de Gertrude Stein vivían en forzosa austeridad, ninguno de ellos pasaba hambre y siempre encontraban a alguien que les ayudara, pero algunos de ellos no gozaban de lo que pudiéramos llamar abundancia (…)”
En esas cenas, Alice excelente cocinera encontró un nuevo aliado culinario para el disfrute de tan célebres invitados: el cannabis como ingrediente principal de sus pastelitos de chocolate. Aunque pasaron algunos años hasta que popularizó de forma inesperada su receta.



En 1954, ocho años después de la muerte de Gertrude Stein, Toklas publicó su propio libro de memorias El libro de cocina de Alice B. Toklas, para el que eligió un curioso formato que mezclaba la historia de su vida con recetas de cocina recogidas durante más de veinticinco años. El libro, un auténtico éxito de ventas que se ha reeditado hasta la saciedad, contenía una receta estrella que ha pasado a la posteridad: el «Fudge de hashish» (Dulce de hachís) una contribución de su amigo escritor y músico Brion Gysin que se coló casi por casualidad en el libro, convirtiéndose en una revolución. El éxito fue tal que a partir de ese momento cualquier pastel que incluyera el cannabis entre sus ingredientes pasó a llamarse Brownie de Alice B. Toklas. La fama de su receta dió nombre en 1968 a la película I Love You, Alice B. Toklas, protagonizada por Peter Sellers y que incluye varias referencias a su famoso brownie.



La introducción que escribe Toklas a su receta de Dulce de Hachís es un ejemplo de la genialidad de esta mujer:
“Esta es la comida del paraíso. Del paraíso artificial de Baudelaire.
Podría proporcionar un refrescante entretenimiento a las damas de un club de bridge, o a una reunión capitular de las Hijas de la Revolución Americana. En Marruecos afirman que es bueno para defenderse del frío en el tiempo húmedo de invierno, y es, desde luego, más efectivo si se consume junto a grandes cantidades de té de menta caliente. Uno esperará gratamente que le produzca euforia y brillantes tempestades de sonrisas, y que provoque ensueños de éxtasis y expansiones de la personalidad a planos variados y simultáneos. Casi puedes hacer mejor lo que hizo Santa Teresa, siempre que seas capaz de soportar el ser poseído por un “évanouissement réveillé”. (El libro de cocina de Alice B. Toklas, 1954)
En cuánto a la receta, lo mejor es comprar este libro absolutamente imprescindible y original escrito por la mujer que cocinó para los más grandes escritores, pintores y músicos de principios del siglo XX.
Alice B. Toklas, murió en París en 1967, a los 89 años de edad. Se puede visitar su tumba en el célebre cementerio de Père Lachaise de la capital francesa.
Texto: Olga Ruíz. Imágenes: Picasso, Maira Kalman, Carl Van Vechten. Todos los derechos reservados.



Olga Ruiz (Barcelona, 1975). Periodista especializada en política. Analista de actualidad en la Ser, Tv3 y El Periódico entre otros medios. Se pasaría el día leyendo por eso le hace muy feliz que le dejen recomendar sus joyas literarias en RTVE.
Máster en guión cinematográfico por el Taller de Guionistas/Universidad Abat Oliva (CEU) Apasionada por la radio, premio ONDAS 2013 a la innovación radiofónica por El Extrarradio, un proyecto del que fue creadora y directora.
Premio de la Academia de la Radio 2014 a la innovación radiofónica por el mismo proyecto.
Algún día volverá a tener otra buena idea, mientras tanto celebra también sus fracasos.
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