No es una novedad decir que la marihuana puede ayudar a mejorar la experiencia erótica de los seres humanos. Quienes hayan probado la mezcla de ambas con cierta dosis de libertad lo podrán confirmar, pero, ¿qué hay a nivel científico y sensorial detrás de la relación de la planta con nuestra vivencia como seres sexuales?
Son numerosos los aspectos que se pueden considerar para tener una vivencia que nos lleve al espacio interior de manera expansiva, empleando la cannabis de manera consciente para mejorar, por mucho, nuestra experiencia en torno al placer.
ENCONTRAR EL INFINITO
No hay inhibiciones. Quieres tocarlo todo, mirarlo todo, olerlo todo, escucharlo todo, saborearlo todo. La persona que está contigo (o tú mismo) se vuelve un universo por recorrer en donde la curiosidad mata al miedo y el placer al prejuicio. Tus manos se transforman en seres independientes que registran una barba que comienza a crecer, un pequeño granito en un muslo, la punta de un cabello, la textura de un pezón, la suavidad de un glande. Se detienen con calma a conocer cada parte de ese cuerpo ajeno que se afloja o se tensa según sea el nivel de la caricia. Es como nadar en un mar de marea diversa, dándose tiempo para mirar el fondo y la superficie, admirando la posibilidad de estar ahí, a veces no tocando sino sintiendo cómo te tocan.
Y los ojos se vuelven imprescindibles a ratos por lo hermoso de la visión. Enfrente de ti está alguien, quizá. Un ser que decidió compartir contigo su cuerpo, en primera instancia. Es un gran regalo: se vuelve urgente mirar y admirar, aunque generalmente los seres humanos cerramos los ojos cuando sentimos placer, así que es igual de imperioso hacerlo para dejarse llevar por las sensaciones.
El baile de la erótica cannábica ha comenzado. Existen las prisas, que son disfrutables, aunque por lo general la marihuana aligera el ritmo. ¡Y qué bueno! El tiempo se transforma, se encapsula, no avanza. El placer aprovecha eso para aparecer con todos los trajes que tiene normalmente guardados. Se vale probar. Se vale oler. Se vale escuchar. Se vale hablar. Se vale el silencio. Se vale lo fuerte. Se vale lo suave. Se vale lo rudo. Se vale lo lánguido.
La penetración puede estar o no incluida. En realidad lo que importa es lo que se siente, no por dónde se siente. Sin embargo, cuando se es constante puede llegarse a una unificación de ritmos, intensidades y lubricidades entre un par de personas que dejan por un instante de ser únicas porque se fusionan con otra energía, otra vibración, otra vida.
A veces, cuando se tiene suerte, esos dos generarán niveles de electricidad tan altos que no parecerían ciertos. Pero lo son.
Eso ya no depende ni del sexo ni de la mota, sino de la química. Y del tantra.
LO QUE PASA EN EL CUERPO
Joan Bello, autora de The Benefits of Marijuana, explica en el artículo “Marijuana and the Body-Mind” lo siguiente: “La acción de la cannabis en el cuerpo genera una respiración más lenta y expansiva como resultado directo de un incremento en la actividad del sistema nervioso parasimpático de la misma manera en que sucede cuando nos relajamos. Al mismo tiempo, los alvéolos de los pulmones se expanden, así que el aire viciado se elimina, permitiendo el consumo de oxígeno limpio. Esto es exactamente lo mismo que pasa cuando nos excitamos”.
Ahí tenemos una primera pista sobre el efecto de la planta en nuestro organismo relacionado con la erótica; por sí sola, la marihuana crea un proceso semejante al que experimentamos cuando el deseo nos inunda. Por ello, al entrar en la primera fase de un encuentro erótico cannábico tendremos un aumento natural de nuestra excitación. Esto sería particularmente importante para quienes padecen algún trastorno relacionado con esa fase de la respuesta sexual humana. En quienes viven una predidez común, consumir mota incrementaría esa sensación de anhelo por la experiencia sexual, lo que quitaría miedos e inseguridades, dando pie, en el mejor de los casos, a una vivencia explosiva.
La sensación que comúnmente identificamos con “estar pacheco” (fumado, mariguano), que lo mismo te mantiene relajado que alerta, tiene que ver con que la cannabis relaja los músculos esqueléticos, hace que el cerebro reciba más sangre ricamente oxigenada gracias al corazón, que sosiega a la vez que despierta a todos los sistemas al ofrecer más y mejor combustible.
Ambas características se agradecen en la erótica, pues el poder de tranquilizar y disminuir el estrés ayudan a que la persona esté más dispuesta y receptiva para el sexo. A la vez, se siente una energía renovada correr por todo el cuerpo que genera ese entusiasmo al coger o follar.
“No hay nada misterioso o místico en torno a los sentimientos subjetivos que todos los consumidores de marihuana reportan: una fina apreciación de los estímulos visuales y auditivos (arte y música); los sentidos del gusto y el apetito mejorados; sensaciones grandiosas de ternura y erotismo (el sexo es mejor); una profunda y perspicaz comprensión de toda la experiencia, incluídos nuestros propios pensamientos y emociones”, señala Joan Bello.
En lo personal, veo todas estas posibilidades como puertas por abrir durante el acto erótico, no sólo la dulzura y la voluptuosidad. Cuando comprendemos que hablamos de mucho más que de esos pocos minutos que dura la penetración y comenzamos a ver el encuentro sexual desde que una pareja se dispone a convivir, comparte algún alimento, una colección de buenas canciones, de reflexiones, descubriremos que la vinculación amorosa, al igual que la compenetración física, tiene más que darnos que un simple placer efímero.
El científico Paul Martin señala en su libro Sexo, drogas y chocolate que “es evidente que el placer sexual es algo más que la producción de orgasmos, lo cual no quita que los orgasmos sean muy recomendables. El orgasmo es uno de los placeres más intensos que un ser humano pueda experimentar, aunque sea muy breve”. Las variaciones en la actividad cerebral que se producen cuando la persona alcanza el clímax son parecidas en muchos aspectos a las que se observan durante el consumo de psicoactivos.
“El orgasmo también provoca la liberación de la hormona oxitocina, sustancia que contribuye a la formación del vínculo de pareja entre dos personas que tienen sexo”, cuenta Martin; además, es un relajante y analgésico que genera el propio cuerpo. Conocida como “la hormona del amor”, puede trabajar en conjunto con la anandamida (también llamada “molécula de la felicidad”), compuesto químico que nuestro organismo produce de manera endógena y es considerado un endocannabinoide, es decir, un cannabinoide como los de la marihuana pero que fabrica el cuerpo humano y está relacionado con la sedación, la relajación, la promoción del apetito, la socialización.
La anandamida es segregada naturalmente por el cuerpo, aunque su fuerza aumenta cuando el organismo recibe una dosis de THC, fitocannabinoide contenido en la marihuana, sustituto o complemento de esa anandamida natural que, además, estimula la dopamina, sustancia química que media el placer en el cerebro. Cuando ambas se unen, los receptores cannabinoides en las células del cerebro elevan la motivación y el sentimiento de bienestar, de alegría.
Podrán imaginarse que la fiesta se pone buena.
Además de estos procesos, el consumo de cannabis de manera consciente promueve la experiencia del “aquí y ahora” debido a la suma de los elementos antes mencionados. Esto es de gran ayuda durante el encuentro erótico pues elimina del pensamiento ideas relacionadas con el miedo, el pasado, el futuro, la pertenencia, el apego y la resistencia, las cuales llegan a crear bloqueos para una sana y fluida experiencia sexual.
Algo a tomar en cuenta es que no siempre estas grandes virtudes de la cannabis funcionan de manera expansiva en el sexo ni en todas las personas. Se trata, tanto en el caso de la erótica como en el del consumo de cannabis, de una vivencia individual. Todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles; esto aplica en todos los ámbitos de la experiencia de vida de cada uno.
Quizá a ciertas personas les cuesta trabajo enfrentarse a la libertad que brinda la marihuana o llevan a cuestas demasiados prejuicios en torno al placer que frenan la vivencia completa. En otros casos, cuando una pareja se acaba de conocer y llega a vivir una situación así en su primer encuentro, debe tomar en cuenta que quizá el vínculo impresionante que se ha creado tiene que ver con procesos químicos que al desaparecer pueden mostrar una realidad diferente.
Por otra parte, algunas personas son demasiado sensibles, frágiles o guardan historias no resueltas dentro de sí que pueden afectar la vivencia cannábica, sobre todo las primeras veces que se consume. Es importante conocer los propios límites y tomarlos en cuenta, al igual que la legislación que sobre su uso exista en cada país.
Justo por eso es necesario aprender cada vez más del uso y posibilidades de los cannabinoides, al igual que de la forma en que nos relacionamos eróticamente, para aprovechar todos los beneficios que tiene esta dupla sin igual.
CEPAS PARA TODA OCASIÓN (SEXUAL)
Son incontables las cepas de cannabis que existen en el mundo. Pareciera que cuando hablamos de “marihuana” nos referimos a una sola planta, pero si bien todas pertenecen a una misma especie, es verdad que hay una amplísima gama de variedades. Las flores de cada una de ellas llegan a regalar diferentes tipos de “viajes” que pueden ser utilizados para mejorar la práctica erótica.
Para Stephen Gray, estudioso de medicinas enteógenas, las cepas pueden hacer una diferencia significativa para la vivencia personal, pues “tienen energías muy diferentes, que van de intensas a relajantes, de duras a suaves, de brumosas a agudas, de sensaciones intensas a ligeras. En algunas, el efecto llega con fuerza y se va de repente después de un corto tiempo. Otras duran horas. Algunas promueven la creatividad y el pensamiento claro mientras que otras se inclinan hacia una relajación profunda. Hay unas cuantas que invocan la combinación de todo lo anterior”.
Ahí radica la importancia de saber qué tipo de cannabis se está consumiendo, para poder tener una experiencia acorde a la forma de ser de cada persona y lo que desea obtener de la flor de la cannabis. En las cuestiones eróticas, se podría comenzar por lo básico: si es una persona que tiene angustia por el desempeño, miedos, estrés o le cuesta trabajo relajarse, entonces una cepa indica puede ser lo ideal. En cambio, si lo que se busca es una experiencia arrebatadora que suba el ánimo, produzca euforia, creatividad y promueva la libertad, entonces recomendaría una sativa. Las híbridas pueden inclinarse hacia un lado o hacia el otro pero tendrán un poco de ambas posibilidades.
En lo personal, considero que hay tres strains que promueven, por mucho, el deseo, el placer y el vínculo erótico de los amantes. La favorita es la Jack Herer, que lleva el nombre del creador de esta genética predominantemente sativa que ha logrado posicionarse con un elevado puntaje debido a sus virtudes. Se trata de una combinación de una híbrida tipo Haze con la Northern Lights #5 y la Shiva Skunk que trabaja de manera eficaz la elevación cerebral, el buen humor, la disposición para la aventura, la curiosidad y un viaje psicoactivo fuerte pero, por lo regular, muy agradable, reflexivo, introspectivo. Su sabor y su olor son tan particulares que resulta inconfundible.
La vivencia erótica con esta cepa es inigualable: tiene la capacidad de aligerar los grilletes relacionados con las erróneas creencias sexuales. Los consumidores pueden sentir que unifican su energía con la de su pareja, por lo que la experiencia se acerca a la que genera el MDMA o éxtasis. Los orgasmos son más intensos, promoviendo la posibilidad de tener una experiencia multiorgásmica pues va “desenvolviendo” el placer, ofreciendo la posibilidad de ir más allá. Cuando se relacionan estas sensaciones con el tantra sexual (en otro artículo abundaré al respecto), es posible tener diversos tipos de relación sexual en una misma velada, lo cual vuelve único a cada momento.
Creada con el objetivo de incidir en estos menesteres encontramos a la SexBud, la segunda en la lista. Aunque podría ir en primer lugar dado que, como su nombre lo indica, fue creada para el uso lúdico relacionado con el gozo erótico, la Jack me parece más compleja y con un efecto realmente duradero; no obstante, esta cruza de White Grapefruit y C99 le sigue los pasos de cerca.
Como es predominantemente sativa, crea una alegre y creativa estimulación sensorial, ideal para el acto erótico. Ayuda a quitar inhibiciones, mantiene un nivel de energía elevado e invita a la investigación del cuerpo ajeno. Algo que la diferencia de otras es su capacidad para explorar el tacto; con ella, las texturas se vuelven más evidentes, lo que aporta un ánimo renovado para tocar, acariciar, amasar el cuerpo. La sensación que brinda tanto sentir como dar las caricias es maravillosa.
En tercer puesto colocaría a la Royal Domina, una genética indica, heredera de la Black Domina y la Kalijah, muy resinosa y fácil de cultivar. Su sabor es cítrico, su olor es dulzón y su efecto es narcótico sin ser de esas cepas que a los pocos minutos te ponen a dormir. Da un estado de relajación alegre, en paz; sin embargo, invita a la plática. Esto me parece muy importante para la erótica pues deberíamos aprender a unir lo meramente corporal y sensorial con el vínculo afectivo, la comunicación y la compenetración a nivel de ideas, de compartir historias, de escucharnos unos a los otros.
La Royal Domina brinda todo eso: los amantes podrían sentirse sumamente cómodos hablando de cualquier cosa, riendo por tonterías, analizando alguna cuestión de manera ligera sin la intensidad que dan algunas sativas ideales para la reflexión profunda. Entonces, el par se sentirá de muy buen ánimo para la cercanía física. Obviamente se tratará de un encuentro menos impresionante que con las dos cepas anteriores, pero brindará una gran sensación de comprensión, identificación y sentimiento amoroso indicada para acercar, ampliar o modificar de manera positiva el vínculo afectivo.
Existen en el mercado estadunidense y europeo, en los países donde el consumo lúdico es legal, diversos productos de cannabis creados para el sexo, como Foria, un lubricante elaborado con la planta que se unta en la vulva para aumentar las sensaciones, promover la excitación, incidir en la lubricación y promover mejores orgasmos. Sería demasiado decir que en cada mujer va a generar todo esto, pero cuando menos una de esas acciones sí pasaría cuando se aplica.
Probé una versión en un viaje a Estados Unidos y me pareció muy interesante; debido a la vasodilatación que genera, el clítoris se vuelve más receptivo a la estimulación manual y penetrativa. A la vez, para el sexo oral es magnífico. Aunque en pocas dosis, la pareja que lo realiza ingiere algo de la sustancia, lo cual puede alargar el encuentro. Se recomienda ponerlo una media hora antes de que comience la fase de excitación, para que tenga un mejor efecto.
También en California se pueden adquirir unos cigarros específicamente elaborados para el placer femenino. La marca se llama Sexxpot y es una variación de la cepa Mr. Nice, baja en THC y alta en CBD, lo que ofrece una sensación de relajación, sensaciones táctiles aumentadas y buen humor.
La relación entre la sexualidad (particularmente la erótica) y la cannabis tiene aún más aristas que iremos desgranando en próximas entregas, pues no se debería tratar únicamente de “ponerse bien” para tener sexo, sino también de comprender que contamos con una planta que podría ayudarnos a usar mucho más de nuestro potencial erótico (que se antoja infinito), a conocernos a nosotros mismos, compenetrarnos de manera amplia con nuestras parejas, mantener una buena salud sexual y sentirnos en bienestar.
Texto: Verónica Maza Bustamante. Imágenes: Foria. Todos los derechos reservados.
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Verónica Maza Bustamante (1971, México) Egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana de Ciudad de México, es diplomada en Cine y en Medicina Tradicional Mexicana. Máster en Educación e Información Sexual. Ha trabajado como reportera y editora en diversos diarios nacionales, así como en revistas de música, cine, salud… En televisión ha sido reportera y conductora en programas de investigación periodística y educación sexual en Canal 40, Televisa, Canal Once, Cadena Tres y Milenio Televisión. En radio ha sido colaboradora semanal con secciones en Imagen Informativa, Reporte Informativo, Radio Fórmula y W Radio, donde también fue co-conductora. Fue jefa de prensa de la Asociación Nacional de Actores y de Cultura del ISSSTE. Durante un año y medio publicó la columna “Música de coñerías”, en la revista Playboy.
Es conferencista en temas de erotismo, educación y salud sexual. Durante un año brindó un taller de sexualidad a los alumnos de la Escuela Normal de Maestros y ha dado charlas a estudiantes de niveles medio, medio superior y superior sobre los mismos temas. Recientemente trabaja con padres de familia en educación sexual infantil y tiene un proyecto para dar charlas con adolescentes y jóvenes.
Recibió el premio “Destino Madrid”, en España, el año 2006, por su labor como editora del suplemento contracultural Traspatio. Las otras culturas. En septiembre de 2009 se hizo acreedora del tercer lugar del Premio de Periodismo en Salud Cardiovascular, otorgado por Sanofi Aventis en Barcelona, España.
Actualmente es coeditora y reportera en Milenio Diario, donde cada sábado y desde hace 17 años publica la columna “El Sexódromo”. Es colaboradora en Milenio Radio, Milenio Televisión, del programa “Lugar Común”, de Radio Universidad de Guadalajara, y de El Weso, de W Radio. Fue socia de la editorial Rhythm & Books y es “facilitadora musical” de todos sus amigos que se dedican a compartir sonidos. Periodista, orientadora sexual, antropóloga de ventanas, lectora voraz, defensora del desvalido y promotora del orgasmo. El motel de los antojos prohibidos fue su primer libro, Sinfonía del placer es el último, y amenaza con escribir muchos más. Es, además, devota madre de un niño-jaguar.
Saludos afectuosos mí estimada Vero
Amplias felicitaciones por tu detallada y explícita investigación y de paso al parecer alucinantes experiencias.
En lo personal puedo manifestarte que se puede llegar a ese éxtasis de sensaciones sin la necesidad de estar acompañado de ningún tipo de alucinógeno, sólo con la presencia de la persona que se permita explorar ese amplio mundo de las sensaciones, sin miedos, ni prejuicios, simplemente gozar de la experiencia satisfactoria de estar con el cuerpo indicado.
Un gran abrazo y beso
Hola, José Luis. Claro. Ya sabes que yo sé lo que dices y es lo que siempre promuevo. La erótica por sí sola es una llave para abrir el mundo interior y exterior. Pero si tenemos una planta co la Cannabis, que tiene un impacto en la práctica erótica, me parece necesario poner el tema sobre la mesa. No es necesaria la mota, sin duda. Pero puede ser una gran herramienta para diversos asuntos relacionados con el placer aunque, también, con la comprensión de uno mismo. Abrazos!
Si opto por tomar el cannabis en gotas, cuál sería la dosis y la hora?
Gracias ?
https://www.infocannabis.org/dosis-de-cannabis-para-uso-oral/