Las criptomonedas, y sus múltiples aplicaciones, han llegado para quedarse. La descentralización de su gestión y la posibilidad de generar contratos inteligentes permiten una mayor transparencia, trazabilidad y fiabilidad en nuestros intercambios de bienes y servicios, evitando corrupciones, egos y jerarquías. Si a ello le añadimos los problemas a los que se enfrentan los dispensarios cannábicos en varios Estados norteamericanos y en Uruguay a la hora de que los bancos acepten el dinero procedente de la venta de marihuana, tenemos un caldo de cultivo ideal para el nacimiento de nuevas e ingeniosas modalidades de intercambio que agilizan el comercio y dan un soplo de aire fresco a un sistema financiero que se reinventa desde dentro, permitiendo a los profesionales del cannabis despegar en las finanzas globales como una industria libre de crímenes y oscuridad.
Uno de los primeros ejemplos fue Potcoin, criptomoneda lanzada en 2014 con el objetivo de capitalizar la legalización del cannabis, proporcionando herramientas que facilitan las transacciones dentro de la industria legal en todos sus niveles, desde el usuario hasta el proveedor. Otra criptomoneda cannábica es Cannabis Industry Coin (XCI), una opción basada en blockchain y concebida bajo tecnología descentralizada P2P. Por su parte, Cannabiscoin se caracteriza por su relación con los usos medicinales de la marihuana. Paragon Coin busca implementarse en los veinte Estados en los que el cannabis es legal, y comienza su venta masiva el día 15 de septiembre.
En la aplicación de pagos POSaBit, los usuarios pueden utilizar sus tarjetas de crédito para comprar y transferir bitcoins en sus adquisiciones de cannabis. Además, las empresas SinglePoint y First Bitcoin Capital (FBC) firmaron un acuerdo para desarrollar una solución de pagos mediante blockchain que permitirá el uso a gran escala y sin riesgo de tarjetas de crédito y débito dentro de la industria del cannabis. Otra novedad curiosa es Trees, la primera empresa que permite comprar marihuana con bitcoins de forma completamente legal, y despacha los pedidos con drones, al igual que QuiQui, una compañía situada en San Francisco. Otro servicio similar lo realiza la empresa Eaze, aunque aún no ofrece la opción de despacho a través de drones. Asimismo, con Kind Pay se pueden realizar pagos desde el teléfono móvil y aplicar programas de lealtad a través de una plataforma de intercambio en toda la industria, desde el productor de semillas hasta el vendedor, y en conexión con las instituciones bancarias.
StrainSeek, creado por el equipo de científicos de Medicinal Genomics (MGC), es el primer inventario con información genética exclusiva de cada cepa de marihuana que será almacenada en una cadena de bloques. La plataforma blockchain integra tecnologías de secuenciación genética, proporcionando un sistema distribuido, transparente y de acceso público en el que se pueden consultar las características de cada tipo de planta. Según su fundador, Kevin McKernan, «con técnicas clínicamente validadas de nueva generación, ahora tenemos las herramientas para descifrar la orientación genética de las propiedades medicinales de las cepas de cannabis empleadas por los pacientes. Además, esta información puede ser ingresada a un libro de contabilidad distribuida para servir como base para reclamos de propiedad intelectual, marca y descubrimientos científicos en el mercado de cultivadores avanzados».
Este año se han puesto a la venta cien mil unidades médicas de marihuana que han sido identificadas y certificadas con este sistema blockchain en Colorado. La base de datos es pública y proporciona una comparación automática de otras secuencias similares de la planta, junto con una etiqueta de la fecha en que fueron registradas. Todas las cepas certificadas por este sistema se encuentran en Kannapedia.
Por seiscientos dólares, los cultivadores ya pueden comprar un kit de purificación de ADN para una de sus plantas y enviar el material genético a los laboratorios de Medicinal Genomics para secuenciarlo. Una vez secuenciado, los científicos de MGC compararán el genoma de la cepa con una cepa de referencia y grabarán las divergencias genéticas de esta referencia para diferenciarla como cepa única. Una vez determinado el genotipo de la planta, los científicos crean un archivo donde se documentan las propiedades únicas de esa cepa. Ese archivo se ejecuta mediante un algoritmo criptográfico que codifica la información y produce una secuencia aleatoria de números y letras que constituyen su huella dactilar.
Las criptomonedas ayudan a fortalecer el comercio del producto, potenciando los beneficios para la comunidad de consumidores y limitando espacios de influencia a los narcotraficantes. Los numerosos mercados de la red profunda, cuyo pionero fue Silk Road, minimizan los riesgos a los que se enfrentan los consumidores de cannabis y otras drogas a la hora de realizar el intercambio con comerciantes desconocidos. Mediante el uso de criptomonedas y el envío a distancia del producto, los usuarios ya no tienen que presentarse personalmente ante ningún distribuidor para poder adquirir su preciada medicina.
La blockchain permite obtener un registro inmodificable, inviolable y auditable públicamente de las transacciones de venta, algo que contrasta con el mercado ilegal, lleno de criminalidad y riesgos. Además, según Javier Bastardo, de Criptonoticias, «la blockchain podría ofrecer controles más eficientes contra el narcotráfico. Haciendo un registro pormenorizado de la cadena de suministro de cannabis, tanto los responsables de la industria como las autoridades competentes tendrían una idea más clara de la procedencia del producto con el que comercian, confirmando que su origen no esté en el mundo del narcotráfico, y brindando confianza al consumidor, que podría comprobar no solo el origen de su hierba, sino las características en torno a niveles de CBD, THC y otros elementos de su composición».
Pero ahí no queda la cosa: «Los contratos inteligentes también tendrían su espacio en la sofisticación del mercado del cannabis, cumpliendo una doble función: por un lado, reduciría el tiempo del procesamiento de las transacciones, minimizando la participación de terceros en las operaciones y, por el otro, rebajaría considerablemente la influencia del crimen organizado en el mercado del cannabis, automatizando parte del servicio y brindando ventajas asociadas a la comodidad y la accesibilidad, frente a los riesgos que implica el narcotráfico. Aplicando un contrato inteligente, el distribuidor del producto podría recibir su pago de manera inmediata y automática al momento en que el producto llegue a su destino, reduciendo los riesgos comerciales que este tipo de intercambio pudiera suscitar».
La aplicación de la tecnología de contabilidad distribuida al mundo del cannabis marcha viento en popa, y a toda vela. Otro ejemplo de su acelerada progresión es Tokken, una utilidad con el mismo principio de POSaBIT, en donde el usuario tiene una cartera bitcoin, una cuenta de banco y un registro de transacciones en una cadena de bloques. En este sistema, el cliente asocia su cuenta bancaria y su tarjeta y utiliza la aplicación móvil para realizar pagos al vendedor a través de las fichas Tokken, con las que se puede adquirir marihuana, y que también se pueden vender o intercambiar por monedas fiduciarias. En palabras de Lamine Zarrad, CEO de Tokken, esta «nació como una forma de que los bancos trataran cuentas de alto riesgo. Uno de los requisitos del gobierno federal que impide que los bancos operen en el espacio del cannabis es la capacidad de registrar y asegurar la completa integridad de los datos (…) Blockchain elimina ese riesgo porque podemos demostrar a los reguladores y a las autoridades que cada transacción registrada a través de nuestro sistema no ha sido manipulada».
The Cannabis Revolution ofrece tokes («caladas») para desarrollar el negocio de la marihuana medicinal en Las Vegas. Sus objetivos son permitir las transacciones anónimas, integrar la industria y crear una aplicación móvil y una fundación sin ánimo de lucro en defensa del consumidor, así como una línea de productos. Security Grade Protective Services, una empresa radicada en Denver que ofrece servicios de seguridad adaptados a la industria legal de cannabis, también comenzó a aceptar bitcoin como método de pago para compensar la falta de apoyo de la banca hacia la industria y reducir las tarifas exorbitantes impuestas por las compañías de tarjetas de crédito. Por su parte, la empresa American Green decidió experimentar con la creación de una máquina expendedora de marihuana que acepta pagos con bitcoin.
Por lo demás, el próximo 21 y 22 de octubre tendrá lugar en la capital de Colorado la segunda edición de la Crypto Cannabis Conference, un encuentro entre representantes de bitcoin y empresas que trabajan con marihuana, donde se discuten las potencialidades de las criptomonedas y su posible vinculación al creciente mercado del cannabis.
Según Luis Esparragoza, de Criptonoticias, «son tiempos de importantes revoluciones y cambios globales acelerados. La posmodernidad ha exigido un cambio de paradigmas e incluso de estructuras fundamentales de las sociedades. El matrimonio igualitario, la aprobación legal de drogas, la necesidad de recuperar la confianza a las instituciones son signos de que algo grande está sucediendo. Bitcoin y la tecnología blockchain son una evidencia clara de esto, y sus repercusiones son tan amplias como sus aplicaciones tecnológicas”.
Para Óscar Domínguez, CEO de Territorio Bitcoin, «Blockchain está revolucionando la industria convirtiendo esta en industria 4.0. Para mejorar la reputación de la industria del cannabis hay que modernizarla, estandarizarla y que se base en un sistema de confianza entre pacientes, médicos, productores y proveedores. Blockchain desarrolla confianza a través de un libro mayor inmutable, permite la identificación anónima del paciente. Acredita y certifica a médicos y laboratorios. Todos los eventos del ciclo de vida de un producto (desde que se produce hasta que se consume) se almacenan para siempre. En cuanto a ParagonCoin, aunque en breve publicaré en Infocannabis un artículo donde hablaremos más en profundidad sobre esta moneda, os adelanto que se emitirá como un token estandarizado (ERC20) en la plataforma Ethereum. Se basa en un Smart Contract o contrato inteligente que permitirá su utilización tanto online como offline en los centros Paragon. Nace como una apuesta válida para la industria del cannabis inicialmente en los 20 estados donde es legal».
El sistema operativo social se ha quedado obsoleto. Lento, burocrático, inexacto, corrupto… Vayamos pensando en actualizar el hardware a la nueva realidad, marcada por el desarrollo y la implementación de la tecnología blockchain, la cual nos permitirá llevar a cabo una gestión más eficiente de nuestras vidas. Y yo me pregunto: ¿estamos preparados para el futuro?
Imagen: Blockstreet
Texto: Igor Domsac. Todos los derechos reservados
Igor Domsac (1977 Segovia, España) Periodista, corrector, traductor y artista multidisciplinar. Ha trabajado en medios como la agencia EFE, Diario 16 o la AFP en París. Fue director de la revista Enteogenia y ha participado como autor, corrector y traductor en numerosos libros sobre sustancias psicoactivas, entre los que se incluye la edición en español de Tihkal y Pihkal.
Fue coordinador de salidas en la delegación madrileña de Energy Control y ha colaborado en revistas como Interzona, Cáñamo, Generación XXI o Cannabis Magazine. Fundador de la asociación Alter Consciens, dedicada a las artes escénicas y las tecnologías de la consciencia. En la actualidad, construye día a día su casa en la isla de La Palma, donde vive desde hace años con su compañera, Ianire, y sus dos hijos, Aiur y Suhar.
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