Hoy es mi día de compra, como cada jueves voy a mi abastecedor habitual, suelo ir una vez por semana «para no dejarme ver mucho» aunque soy del mismo barrio por aquí es mejor no dejarse ver mucho en algunas zonas. Comprar ya es bastante complicado, siempre te encuentras al que está en la puerta para preguntarte cuánto vas a pillar (1), además de la policía y otros buscadores de vida.
Cada vez que tengo que comprar asumo que se trata de toda una aventura de la que no siempre he salido bien parada. Visualizar la zona es lo primero que hago al llegar, para que no me sorprenda una de las múltiples policías existentes en Córdoba haciendo su rutina de cacheos y control de documentación.
Yo voy con Amparo, una perrilla que tengo y suelo pasar desapercibida para ellos, con casi cincuenta años, no voy «dando el cante», pero hoy me he tirado una hora y media paseando, esperando que se fueran, para poder subir a pillar… Al final se cansan y se van.
Hora de subir, y claro, con tanta gente esperando en los alrededores, disimulando de las formas más extrañas, uno comprando el pan, otro hablando con el del quiosco, otro recogiendo colillas… Se forma la cola habitual, esto parece la pescadería de Mercadona! Por fin salgo con mis treinta eurillos en el bolsillo, ahora falta salir de la zona conflictiva y llegar a territorio seguro, llegar a casa. Lo que yo os decía, toda una aventura.
Al salir del bloque me encuentro con la Chari, una «colega» que siempre está allí sentada. Es la que da el agua (2) por aquella zona, no es mala gente, te sientas un rato con ella, la invitas a un canuto (3) y te da el parte de la semana, a quien detuvieron, a quien le registraron la casa en fin, su día a día, su Salvame de Luxe entre cartones y chutas. Me cuenta como sudaban los maderos que intentaban tirar abajo la puerta de Fulanito (4) yo le contesto riendo que en Las Margaritas para entrar en algunas casas hay que ir con un bazoca, que algunas puertas tienen más cerraduras que la prisión de cadiz.
Y así echamos un rato tomando el sol y fumándonos un Porrillo (5), con un ojo para aquí y otro para allá, por si vuelven los maderos (6)
Tiene una vista panorámica privilegiada la cabrona, me mira, se ríe, y con sus cuatro dientes me dice: Tú tranquila su compi que yo controlo tó (sic)
Acabado el porro me despido, tengo que marchar que aún tengo que hacer la comida, comer y descansar un ratito que luego hay que currar, y es que las fumetas también curramos!!!
Nos registran y nos incautan algunos porrillos, tan poca cosa que sólo nos imponen una multa, nos preguntan como unas cincuenta veces si el hachís lo habíamos comprado allí (a lo cual todos negamos). La vivienda la han registrado centímetro a centímetro revolviendo hasta el último rincón, el espectáculo ha sido tremendo, tres niños llorando asustados abrazados a sus padres hasta que los dejaron salir con un familiar, previo registro de los chiquillos por una mujer policía.
No sé cuanto habrán encontrado, pero no creo que mucho, ya que son gente humilde en paro y con los pequeños, se les ve a simple vista que no tienen ni donde caerse muertos, pero claro estamos dentro de la ilegalidad tanto el que te la pasa como el que compra, arriesgando por algo que debería ser legal ! Una mierda de sociedad donde fumarte un porro es un delito pero entrar en coma etílico o que los médicos te droguen hasta la saciedad, no pasa nada…. Cerca de las cuatro de la tarde nos dejan irnos con una multa en el bolsillo y la advertencia/amenaza de que ya nos llamarán para testificar .
La cuestión es que estoy sin porros, con diez euros menos que ha sido lo que me han confiscado (se dice así cuando te lo roba la policía) y mucho más nerviosa después de toda la movida de esta mañana, vamos, que como diría Martirio: Estoy atacá. Con la pillada de esta mañana es un rollo salir. Mi abastecedora habitual no está ( y si está no contesta a mis golpes en su puerta) y hay que buscarse la vida. Con lo sencillo qué sería regular el autoconsumo…
Hemos ido a un par de sitios pero no valía mucho y decidí no comprarlo , al final en un pueblo cercano, a doce kilómetros de Córdoba dimos con algo de calidad: Marihuana de exterior. La sitúacion es algo cómica al principio, ni yo me fío, ni ellos tampoco, así es que sentarse y probar es lo mejor para no equivocarse.
Nos metieron en mitad del huerto familiar, bajo una frondosa higuera, nos pusieron unas sillas, sacaron unas cervezas, y a los 10 minutos el ambiente era mucho más relajado. Probé una Amnesia a la que llamaban «la cordobesa» que estaba buenisima así que me decidí por esa. Me pasan los teléfonos y quedo en volverlos a llamar, así una vez al mes tendré que subir arriesgándome otra vez, pero prefiero tener un suministrador habitual que tener que salir a buscar donde pillar cada vez que necesite. Continuará…
(1) pillar. En argot, comprar, coger
(2) da el agua. Avisa si llega la policía
(3) canuto. Uno de los múltiples nombre que tiene un cigarrillo de hachís o marihuana
(4) Fulanito. Manera de designar a alguien sin mencionar el nombre
(5) un Porrillo. Diminuto de porro, uno de los múltiples nombre que tiene un cigarrillo de hachís o marihuana
(6) los maderos. La policía
(7) el marrón. En argot, el problema
Fotos: InfoCannabis
Texto. Lola Ruíz Hinojosa. Todos los derechos reservados.



Lola R. Hinojosa Ama de casa y mujer trabajadora. Entre otros muchos trabajos ha conducido camiones de 3 ejes (20 Tn.) Nos cuenta sus aventuras y desventuras. El día a día de una consumidora de cannabis que vive en un barrio humilde y los riesgos que corre por culpa de la prohibición.
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