Si busca “comprar hachís en Egipto” en internet, el turista encontrará un puñado de páginas que aseguran que conseguir hachís en Egipto es tan fácil como salir del aeropuerto, citando la milenaria tradición egipcia del cannabis que se remonta a los tiempos de los faraones. Si bien no pasará mucho tiempo antes de que el viajero se cruce con el olor a hachís en un país donde al menos el 10% de la población consume drogas, el comprar siendo turista no es en realidad ni tan sencillo ni tan seguro.
“Los turistas nunca te lo piden directamente, viene como pregunta: ¿Si queremos fumar a dónde vamos?”, relata Kirolos*, quien lleva un cuarto de siglo guiando a visitantes de todo el mundo por las maravillas del país de los faraones. Según él, los guías egipcios no venden a los turistas porque “saben los problemas que van a tener”.
La ley criminaliza tanto al vendedor como al comprador
Se refiere a la Policía y a las duras leyes que criminalizan tanto al vendedor como al consumidor. “En todos los sitios turísticos hay cámaras y está muy vigilado. Si intentas vender, te va a pillar una cámara. Nosotros siempre aconsejamos que no intenten comprar en ningún lugar”, explica el guía a Infocannabis.org

En enero de 2019, un nuevo paquete de leyes endureció aún más la ya férrea legislación egipcia en materia de drogas. La medida manda la pena de muerte para los traficantes de droga. Para los consumidores, las penas incluyen mínimo un año de prisión y una multa acorde a la cantidad incautada.
No se publican datos oficiales sobre cuántas personas son condenadas o están encarceladas por delitos relacionados con drogas. No obstante, existe la percepción de que, en la práctica, conseguir hachís para un egipcio resulta extremadamente fácil.



Esa es también la opinión de Ahmed, un joven que escapó por los pelos de las cárceles egipcias durante sus tiempos de vendedor de cannabis. Cita a Infocannabis.org en un café del centro de El Cairo al que se llega por un estrecho callejón acorralado por las vías del metro. Según él, a pesar de que es evidente que hay arrestos y encarcelamientos, esto siempre dependerá del agente y de la situación.
“El policía sabe quién vende en el barrio, pero tienen intereses en común. Quizás el policía recibe dinero o información para arrestar a los fumadores. Quizás él mismo fuma”, explica. Una vez fue descubierto con dos porros en un retén en la calle. “Llamé a un amigo que es policía, tengo muchos amigos policías, y se lo pasé al teléfono. Dijo que yo era su amigo, y todo se arregló”, relata riendo.
Te juegas la horca si vendes cannabis en Egipto
Haber sido atrapado con la mayor cantidad de hachís que alguna vez tuvo en su poder –un kilo y cuarto- habría bastado para ser condenado a la horca. Y sin embargo, el arriesgado negocio le suponía un buen ingreso. “Un dedo de hachís se vende a 100 libras egipcias (5 euros), y te da para tres o cuatro cigarros”, comenta Ahmed.
Los clientes tampoco escasean. Según el Ministerio de Solidaridad Social, un 10 % de los egipcios consumía drogas en 2018, el doble de la tasa global. “Fuman los ricos, fuman los pobres, y fuma la clase media. La diferencia es que los ricos piden sus drogas a domicilio”, bromea Ahmed entre sorbos de café.



También afirma que nunca ha vendido a turistas. “Los camellos tienen miedo de vender a extranjeros. Temen que sea una trampa de la Policía”, comenta serio. “Si no conoces a nadie, comprar drogas es difícil para el extranjero. Si vas preguntando a cualquiera, terminarás en la comisaría”, advierte. Pero también se adhiere a la percepción general de que para el turista todo está permitido: “Si un policía ve a un turista fumando un porro, se lo va a quitar. Quizás ni eso. Pero no lo va a arrestar por esa cantidad”.
Dentro de la estación de Policía en Egipto
El capitán Mostafa es un hombre ancho y de sonrisa amable. Recibe a Infocannabis.org en un porche fresco rodeado de naturaleza, en el jardín de la estación de Policía que es su reino. Es la autoridad en una ciudad a orillas del Nilo y al norte de El Cairo. Incluso él pide anonimato, puesto que no está permitido que la Policía comente sobre estos temas.
El capitán tiene claro que las leyes contra el cannabis en Egipto son “muy fuertes” comparadas con las de otros países. “Es difícil saber el número de traficantes ejecutados, los datos no son públicos, pero son muchos”, asegura. En contraste, el fumador que es arrestado por primera vez “suele ser condenado a seis meses” en vez de un año. Al ser preguntado sobre si ir a la cárcel ayuda al prisionero a dejar de consumir, el policía confiesa que no.
Por otro lado, cuando se trata de un extranjero –describe el capitán Mostafa– el asunto pasa a ser manejado por el país del detenido. “La Policía le lleva a la comisaría y contacta con la Embajada. Entonces se le deporta. Hay pocos turistas que fuman, entonces no se considera un gran problema”, sentencia.
Uso de drogas por los funcionarios en Egipto es una preocupación para el gobierno
El uso de drogas entre conductores y trabajadores del sector público se ha convertido en una gran preocupación para el gobierno del ex General Abdelfatah Al-Sisi. A lo largo de los últimos meses, grandes campañas de controles de drogas obligatorios se han tomado las calles de las ciudades y los pasillos de las empresas estatales.
Si bien el principal dolor de cabeza son fármacos como el tramadol, Egipto sigue siendo una parada obligada en la ruta del cannabis desde el sudeste asiático y África hacia Europa. Según el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Egipto estuvo entre los países que más incautaciones de cannabis realizaron en 2016 con más de 200 toneladas.
Según un informe del Parlamento -citado por Los Angeles Times-, los egipcios gastan alrededor de 1,5 billones de dólares en drogas ilícitas cada año. Las pocas campañas de legalización que han asomado en las últimas décadas han sido recibidas con una fuerte desaprobación por parte del Gobierno y las autoridades religiosas.
Quizás por todo esto, el capitán Mostafa ríe incrédulo cuando se le pregunta por qué está prohibido el cannabis en Egipto: “Es muy malo para la mente, el cuerpo y la sociedad. Se podría usar el dinero que se gasta en el hachís para cosas útiles y productivas. Además, la mayoría de los crímenes que se hacen aquí son hechos por personas que son adictas o borrachas. Todo se relaciona con el hachís”.
*Los nombres de los entrevistados han sido cambiados a petición de los mismos.
Texto y Fotos: Eduardo Echeverri López. Todos los derechos reservados



Eduardo Echeverri López (Madrid, 1996) Graduado en Ciencias de la información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado en el Diario El Mundo y en infoLibre. También ha realizado prácticas en M21 Radio. Colabora en labores de fact-checking en «The Cairo Review of Global Affairs» revista de política internacional de la Universidad Americana en El Cairo.
Actualmente este periodista colombiano reside en El Cairo (Egipto) donde se dedica al estudio de la lengua árabe y a la enseñanza del español.
Si te gusta el contenido que publicamos no te olvides de darle a Me Gusta, y si decides compartir la publicación nos estarás ayudando a que nuestro mensaje tenga más difusión y llegue a más gente. Gracias por leernos!!!
1 comentario en «En Egipto: Tolerado y castigado, de la normalidad social a la horca por vender cannabis»
Para comentar debe estar registrado.